Adil tiene un contrato de inserción laboral y es miembro de la plantilla de Uba hostel desde mayo de este año. Derivado por la organización Erroak-Sartu, su contratación es fruto de la estrecha comunicación entre el proyecto de Uba y las organizaciones sociales del entorno con el objetivo de captar personas en situación de vulnerabilidad y dificultades de acceso al mundo laboral.
«Estoy aprovechando esta oportunidad que me ofrecen para en un futuro poder abrir una puerta, acceder al mercado laboral y lograr un contrato indefinido. Lo que busco es experiencia para poder tener una vida profesional más estable», explica.
Tras cinco años en Donostia, en los que había tenido trabajos esporádicos de pocos días de duración, Mouchreq reconoce estar «muy contento. Este es el primer trabajo estable que tengo desde que llegué aquí y me ofrece la posibilidad de vivir más tranquilo y tener otra percepción de la vida». Tiene claro que Uba representa un trampolín ideal para poder acceder en un futuro al mercado laboral ordinario.
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