Categorías
Testimonios

El sueño de la peluquería de Dania

Diana Galeas tuvo que empezar a trabajar a los 16 años. En aquel momento lo importante era trabajar, no importa de qué. Pasó un tiempo hasta que pudo prepararse y estudiar para el oficio que realmente le gustaba: peluquera. «Los pelos siempre me han gustado», confiesa. Y la paciencia que tuvieron que aprender sus hermanas cuando les cortaba el pelo y hacía peinados que no siempre salían bien dan fe de ello.
Hace cuatro meses que Dania cumplió su sueño. Sí, hace cuatro meses. En plena pandemia. Hace cuatro meses que abrió su propia peluquería. Un pequeño salón reformado en el hogar del jubilado de Amara en Donostia. Después de estar trabajando a media jornada como peluquera surgió la oportunidad de abrir este negocio tras la jubilación después de 40 años de la anterior persona que lo llevaba. Dania no dejó pasar el tren.
Acaba de terminar con una clienta y aprovecha el descanso hasta la siguiente cita para contar que «no se lo pensó dos veces». «Me hacía ilusión trabajar por mí misma, hacer las cosas como a mí me gusta y tratar a mis clientes como yo quiero. Además de que me gusta trabajar con personas mayores, me aporta mucho. Pero no tenía ni idea de lo que era ser autónoma y me ayudaron».
Se refiere a Garbiñe Cartón, técnica de autoempleo del programa incorpora de Fundación ‘la Caixa’ gestionado por Sartu Gipuzkoa. Se trata de una línea de autoempleo que fomenta el emprendimiento para lo que ofrecen un servicio gratuito de asesoramiento y acompañamiento en acciones de responsabilidad social, dirigido a los usuarios del programa de inclusión sociolaboral de la Fundación ‘la Caixa’.
Contar con la asesoría de Garbiñe y no tener que realizar una gran inversión, ya que ya contaba con parte de la infraestructura, es lo que le dio el último empujón a Dania pese a las circunstancias socioeconómicas nada favorables de la pandemia. «Me daba miedo que nos volvieran a confinar justo cuando me había hecho autónoma», confiesa, «aunque siempre quise montar mi propio negocio».

Esta vecina de San Sebastián desde hace trece años y natural de Honduras recibió asesoramiento en los trámites para inicio de actividad, las obligaciones con Hacienda y Seguridad Social, información del microcrédito social y lo requisitos a cumplir para el acceso al mismo. También sobre cómo hacer la previsión de gastos fijos para la apertura del negocio, además de información y apoyo para la solicitud de ayudas para nuevos negocios. En definitiva, el papeleo necesario para montar una negocio.
«Me dio mucha tranquilidad y seguridad contar con su consejo. Me vino de maravilla para saber que ayudas y obligaciones tenía», asegura Dania con una sonrisa que se intuye en los ojos.
La conversación la interrumpe un cliente que llega antes de su hora. Este, cumpliendo con las normas de higiene, espera fuera para mantener la distancia de seguridad y no superar el aforo permitido. «Ahora que han vuelto a empezar las actividades y el bar está abierto hay mucho más movimiento de gente», cuenta Dania que de momento solo está de mañanas pero siempre tiene citas programadas con algún cliente o sino «también hay muchos que se acercan a ver si tengo un hueco».

Y es que su peluquería está en el segundo piso del hogar del jubilado de Amara. Un local recién reformado que tiene el aspecto y todas las comodidades de una peluquería de calle. «Les gusta mu-cho el sitio, dicen que es muy acogedor», cuenta sobre los jubilados que se acercan hasta su local. «Vienen al podólogo, al masajista y luego pasan por la peluquería. En una hora y media se van completos. Como nuevos. Tienen todos los servicios en el segundo piso, muy a mano. Están como reyes».
Dania sigue contando que lo que más le asustaba al principio, al margen de la incertidumbre continua de los tiempos que vivimos, era hacerse autónoma. Aunque era a la vez lo que más le atraía: ser su propia ‘jefa’.
«La gente tiene miedo al IVA, al IRPF, Hacienda… pero en realidad eso es lo fácil. Lo complicado suele ser que el negocio funcione», destaca Garbiñe Cartón, «no es lo mismo trabajar por cuenta propia que por cuenta ajena, tanto para lo bueno como para lo malo». En Gipuzkoa, cinco años después de la puesta en marcha del programa Incorpora de autoempleo, se han puesto en marcha 90 microempresas.